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Virgen de Guadalupe: su coronación pontificia y título de Emperatriz de las Américas

La corona, elaborada en París por el joyero Edgar Morgan actualmente se encuentra sobre el marco de la imagen en la Basílica.

La Virgen de Guadalupe, reconocida por sus fieles como la reyna de los mexicanos, recibió la corona pontificia por decisión del Papa León XIII, en una histórica ceremonia realizada en la “antigua” Basílica de Guadalupe, hoy conocida como Templo Expiatorio a Cristo Rey. 

La coronación incluyó una breve oración, tras la cual la corona fue llevada en procesión al altar. La bendición estuvo a cargo del Arzobispo Próspero María Alarcón, quien la recibió de manos del Abad José Antonio Plancarte y Labastida. 

El momento cumbre fue la colocación de la corona en el gancho de las manos del ángel que se encuentra sobre el cuadro de la Virgen, tarea que realizaron el Arzobispo de México y el Arzobispo de Michoacán, Don José Ignacio Árziga.

La corona fue elaborada en París por el joyero Edgar Morgan, bajo el diseño de Rómulo Escudero Pérez y Gallardo, y el dibujo de Salomé Piña. 

La pieza requirió dos años de cuidadosos trabajos y, en la actualidad, se encuentra sobre el marco de la imagen de la Virgen en la nueva Basílica del Tepeyac, aunque su altura dificulta su visibilidad para los fieles.

Años después, la importancia de la Virgen de Guadalupe se consolidó aún más:

En 1915, el Papa Pío X la declaró Reina de Latinoamérica, y en 1945, por iniciativa del Papa Pío XII, se le otorgó el título de Emperatriz de las Américas, reafirmando su papel central en la fe y la cultura de millones de devotos.

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