Este fin de semana, hackers divulgaron los teléfonos privados de prominentes morenistas, entre ellos el de Claudia Sheinbaum, quien se quejó amargamente de las amenazas e insultos que recibió de personas que decidieron marcarle a su número personal para dejarle un mensaje.
La morenista respondió con otro delito similar e hizo público el teléfono de alguien que la insultó.
Esta guerra de filtración de teléfonos privados la comenzó al presidente Andrés Manuel López Obrador la semana pasada, cuando se quejó airadamente del reportaje aún no publicado de la corresponsal en México del New York Times, Natalie Kitroeff.
AMLO dijo tener el derecho a cometer ese delito, por la autoridad moral que tiene y su derecho a defenderse de un reportaje en el que sus hijos son presentados como parte de una red de financiamiento, al recibir dinero del narcotrafico, según reportes de las agencias de seguridad estadounidenses. El presidente no sabe cómo parar las acusaciones populares por su clara protección a la delincuencia, el #narcopresidente empaña la posibilidad de arrasar nuevamente en las urnas.
Su fallida estrategia y la impunidad que le otorga a los criminales solo deja en claro que no hará nada por detener el dolor y la tragedia que todos los días enlutan a familias, también pone sobre la mesa el antecedente de cuál será el nivel de las campañas.
Pero quizá lo más importante es que la oposición ha comenzado a poner el dedo sobre la llaga, la inseguridad es el tema que los mexicanos quieren que se resuelva en estas votaciones. Falta ver si la oposición está a la altura o solo usará el discurso para obtener votos, en sus filas hay muchos responsables de la tragedia que hoy vivimos y gozan de impunidad, algunos de ellos incluso preparados para regresar al poder.
(Video) En la guerra y en el proceso electoral ¿todo se vale?
La opinión de Pedro Tonantzin acerca de la guerra sucia que desató AMLO por un número telefónico.