La violencia ahoga a Jalisco, la entidad con más personas desaparecidas o no localizadas según datos del Registro Nacional, se encuentra en el centro de la tormenta.
En el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, seis policías estatales y municipales fueron asesinados al caer en una emboscada con artefactos explosivos por parte del crimen organizado, en los hechos también resultaron lesionadas 14 personas de las cuales 12 son civiles.
El gobernador Enrique Alfaro trata de endosar factura a los colectivos de madres buscadoras mencionando que los policías atacados se encontraban atendiendo el llamado de una integrante de las organizaciones, quien había recibido una llamada anónima alertando sobre la existencia de restos óseos en el lugar del ataque, este argumento reforzado en su momento por el fiscal estatal ha sido desmentido por los colectivos de buscadores de desaparecidos.
Alfaro, de talante autoritario, ha suspendido los trabajos de búsqueda tanto de autoridades como de los colectivos, mencionando que quedan cancelados hasta en tanto no se implementen protocolos de seguridad para los trabajos de búsqueda, tanto los realizados por la Policía como de civiles, ¿acaso no existían ya esos protocolos?
Sumado al infierno que significa la ausencia de un ser querido, los buscadores exponen su propia vida por hacer un trabajo que deberían cumplir autoridades de todos los niveles y emanadas de todos los partidos políticos.
En lugar de eso, eluden responsabilidades mientras 14 personas se suman a la fatídica cifra todos los días.
México carga con un gran dolor por sus más de 100 mil desaparecidos que, de acuerdo a las estadísticas, probabilidades y experiencias, nunca jamás volverán a ser vistos por nadie.
(Video) El País de Nunca Jamás
La opinión de Michelle Onofre sobre el alarmante número de desaparecidos en México.