Donald Trump, el controvertido aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, solicitó 1,000 millones de dólares al sector petrolero a cambio de desmantelar las políticas ambientales instauradas por Joe Biden, según un reporte de The Washington Post. La reunión, celebrada en el lujoso Mar-a-Lago Club de Trump en Florida, congregó a ejecutivos de las principales compañías petroleras para una cena cargada de intereses políticos y económicos.
Durante el encuentro, uno de los ejecutivos expresó su descontento por los 400 millones de dólares invertidos en cabildeo, señalando que la administración de Biden seguía firme en la imposición de estrictas regulaciones ambientales. Trump, en su estilo directo, prometió anular dichas políticas ambientales si recibía 1,000 millones de dólares en contribuciones para su campaña, asegurando a los empresarios que la inversión se recuperaría rápidamente bajo sus propuestas normativas.
Este no es un giro inesperado para Trump, quien durante su mandato entre 2017 y 2021, eliminó o debilitó 125 regulaciones ambientales, llegando a describir el cambio climático como un "fraude". Su estrategia actual busca atraer apoyo financiero del sector energético en su intento de volver a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.
El sector petrolero se enfrenta actualmente a regulaciones destinadas a reducir las emisiones de carbono y proteger el medio ambiente, políticas que Trump ha prometido revertir si logra regresar al poder. Esta promesa busca evidentemente favorecer a las compañías energéticas mediante su enfoque pro-empresarial.