Joaquín "El Chapo" Guzmán, conocido líder del Cártel de Sinaloa, ha sido señalado de sobornar a expresidentes mexicanos, generando un torbellino de acusaciones y desmentidos. Durante su reinado criminal, "El Chapo" habría cultivado un imperio basado en el envío de toneladas de drogas hacia Estados Unidos, amasando una fortuna multimillonaria. Según su defensa, estos actos fueron facilitados por supuestos acuerdos corruptos con altos funcionarios mexicanos.
El abogado de Guzmán, Jeffrey Lichtman, sugiere que las verdaderas operaciones del cártel fueron lideradas por Ismael "El Mayo" Zambada, desviando la atención de las autoridades estadounidenses y mexicanas hacia "El Chapo". Lichtman acusa a "El Mayo" de sobornar a todo nivel del Gobierno de México.
Este complejo entramado sugiere una colaboración tácita entre ciertos sectores del gobierno y el narcotráfico, con "El Chapo" como chivo expiatorio, mientras "El Mayo" sigue libre, posiblemente protegido por sus conexiones con agencias estadounidenses.
Las reacciones no se hicieron esperar. Enrique Peña Nieto, a través de un portavoz, y Felipe Calderón Hinojosa, vía redes sociales, negaron categóricamente haber recibido sobornos del Cártel de Sinaloa. Ambos destacaron sus esfuerzos en la captura y extradición de Guzmán Loera como prueba de su compromiso contra el narcotráfico.
Mientras "El Chapo" cumple su condena, el debate sobre la influencia del narco en los niveles más altos del gobierno continúa abierto, reflejando la complejidad y los desafíos en la lucha contra el narcotráfico en México.