En 2024, México enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, con más del 50% de sus municipios afectados por la sequía, poniendo en jaque el suministro de agua y la estabilidad de diversas regiones. La Ciudad de México y el Estado de México están particularmente en alerta debido al bajo nivel operativo del sistema Cutzamala, crucial para su abastecimiento de agua y que actualmente opera al 39.8% de su capacidad.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha identificado a más de la mitad de los estados mexicanos como zonas afectadas por la sequía, con Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, y muchos otros enfrentando serias dificultades para asegurar un abastecimiento de agua adecuado para sus habitantes. Este escenario desafía no sólo la gestión de recursos hídricos sino también la sostenibilidad de actividades agrícolas y urbanas en el país.
La severidad de la sequía varía significativamente entre municipios, con algunos enfrentando condiciones de sequía extrema y otros en situaciones aún más críticas. Municipios como Asientos en Aguascalientes y Cuatrocienagas en Coahuila experimentan sequía severa, mientras que Jesús María en Aguascalientes y Sierra Mojada en Coahuila están en una fase de sequía extrema. La situación alcanza un punto crítico en lugares como Ahumada en Chihuahua y Matehuala en San Luis Potosí, donde la sequía se considera excepcional.
Los datos de Conagua revelan una panorámica alarmante: de los 2,471 municipios en México, 1,565 sufren de sequía y 499 están catalogados como anormalmente secos, dejando solo 407 municipios sin afectaciones significativas. Este mapa de sequía resalta la urgencia de implementar estrategias de conservación del agua y políticas de gestión sostenible del recurso hídrico a nivel nacional.
La crisis actual subraya la necesidad de una acción coordinada entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad para mitigar los impactos de la sequía y asegurar el suministro de agua para todos los mexicanos. La situación demanda un enfoque integrado que incluya tanto la modernización de infraestructuras hídricas como la promoción de prácticas de consumo responsable entre la ciudadanía.