En un acto inusual de devoción política, una seguidora del movimiento de la Cuarta Transformación (4T) en México ha llevado su apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a un nuevo nivel, tatuándose su rostro en el brazo.
Este gesto fue destacado por la diputada federal de Morena, Andrea Chávez Treviño, representante de Regeneración Nacional en Ciudad Juárez, Chihuahua, quien compartió el video en TikTok el 13 de enero, ganando atención viral por su simbolismo en el contexto político actual.
La diputada Chávez Treviño expresó su sorpresa y admiración por el tatuaje durante un evento con seguidores de Morena, donde la dueña del tatuaje lo exhibió con orgullo.
La reacción en redes sociales ha sido mixta, con comentarios que van desde el apoyo entusiasta al escepticismo y la crítica hacia la idea de inmortalizar a un político en la piel.
El incidente surge en un momento clave, justo antes de la veda electoral y el inicio de las campañas para las próximas elecciones presidenciales. La elección de tatuar el rostro de AMLO no es solo una declaración de lealtad política, sino también un reflejo de cómo ciertos individuos perciben su conexión personal con el proyecto de nación propuesto por el presidente.
Mientras algunos lo ven como un acto de apoyo extremo, otros lo interpretan como una expresión de identidad y compromiso con los ideales de la 4T. La polarización en las reacciones evidencia el variado espectro de opiniones que coexisten en el panorama político mexicano.
Así, el tatuaje de AMLO se convierte en un símbolo potente de cómo la política puede influir profundamente en la expresión personal, abriendo la puerta a discusiones más amplias sobre la identidad política y la lealtad en la era moderna.