Han pasado 71 años desde que las mexicanas lograron este derecho, y a continuación te contaremos los momentos clave que llevaron a este logro histórico.
En 1923 se celebró el Primer Congreso de la Liga Panamericana de Mujeres, aquí en México, en ese encuentro, feministas como Luz Vera y Margarita Robles de Mendoza exigieron igualdad política para hombres y mujeres.
Más de 100 delegadas de todos los estados estuvieron presentes, y desde ese momento, la lucha por el voto femenino entró en la agenda política.
En 1937, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se presentó una iniciativa para reformar la Constitución y permitir que las mujeres votaran y fueran candidatas.
Las Cámaras aprobaron la propuesta, pero, lamentablemente, el proceso quedó en el aire y no se completó la reforma.
Años después, el 6 de abril de 1952, más de 20 mil mujeres se reunieron en el Parque 18 de Marzo, en la CDMX, para exigir al entonces candidato presidencial, Adolfo Ruiz Cortines, que cumpliera su promesa de garantizarles el derecho al voto.
Finalmente, el 17 de octubre de 1953, ya como presidente, Ruiz Cortines promulgó la reforma constitucional que otorgó a las mexicanas el derecho a votar y ser votadas.
Ese día quedó marcado en la historia: las mujeres mexicanas se convirtieron en ciudadanas plenas.
Sin embargo, no fue hasta el 3 de julio de 1955 cuando las mujeres pudieron votar por primera vez en una elección federal. Fue un día de celebración, ¡por fin podían hacer oír su voz en las urnas! Ese día se eligieron a los diputados de la XLIII Legislatura. Y aunque el derecho ya estaba reconocido, las primeras mujeres en ocupar cargos importantes llegaron poco a poco.
En 1954, Aurora Jiménez se convirtió en la primera diputada federal. Más tarde, en 1964, María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia se convirtieron en las primeras senadoras, y en 1979, Griselda Álvarez fue la primera mujer gobernadora en Colima.
Hoy, 71 años después, seguimos celebrando el derecho al voto de las mujeres, un logro que representó un gran avance en la lucha por la igualdad de género. Y aunque el camino ha sido largo, seguimos avanzando para lograr una mayor participación política para todas las mexicanas.