En un descubrimiento que sacude los cimientos de las relaciones internacionales, un informe secreto revelado por The Associated Press expone una operación encubierta de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA). Durante varios años, esta operación tuvo como blanco a altos cargos del gobierno venezolano, incluyendo al presidente Nicolás Maduro, en un intento de recopilar evidencia sobre narcotráfico. La iniciativa, conocida como "Operación Tejón del Dinero", infringió a todas luces el derecho internacional.
El memorando de 2018 detalla cómo la DEA se aventuró en territorio venezolano sin el consentimiento de las autoridades, evidenciando una estrategia agresiva para armar casos contra Maduro y otros miembros del gobierno venezolano. La falta de coordinación con Venezuela no solo pone en duda la legalidad de estas acciones, sino que también complica las ya tensas relaciones entre ambos países y alimenta la desconfianza en América Latina hacia la política exterior estadounidense.
Tanto la DEA como el Departamento de Justicia de Estados Unidos han mantenido silencio ante las indagaciones sobre la frecuencia y la legalidad de estas operaciones encubiertas. Por otro lado, el presidente Maduro ha denunciado públicamente los esfuerzos de la DEA y la CIA por desestabilizar Venezuela, una acusación que agrega más leña al fuego del escenario político entre ambas naciones.
La "Operación Tejón del Dinero" ilustra un dilema fundamental en la política exterior y de seguridad de Estados Unidos: el equilibrio entre combatir el narcotráfico y respetar la soberanía de las naciones. A medida que estas revelaciones alimentan el debate sobre la intervención extranjera y la ética de las operaciones encubiertas, la comunidad internacional se ve obligada a reflexionar sobre las implicaciones de estas tácticas en la diplomacia y el derecho internacional.