Los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero enfrentan un desafío crítico en términos de acceso a la salud, lo que ha llevado a una preocupante situación. Estas regiones, afectadas por la pobreza y carencias sociales, han experimentado un marcado deterioro en el acceso a servicios médicos en los últimos años.
En un panorama más amplio, la pobreza multidimensional ha experimentado ciertos cambios, con una disminución de 5.1 millones de personas. Sin embargo, la pobreza extrema ha aumentado, especialmente en estados.
A nivel nacional, el porcentaje de población con carencia de acceso a salud aumentó significativamente de 2018 a 2022, con un incremento del 30.3 millones de personas.
Este incremento se acentuó más en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, donde la cifra se cuadruplicó en comparación con otros estados. En Oaxaca, la carencia se elevó del 16.3 al 65.7 por ciento, mientras que en Chiapas y Guerrero subió a 66.1 y 52.7 por ciento, respectivamente. Esta tendencia alarmante pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera urgente la problemática en estos estados.
Román Moreno, catedrático de Economía en la UNAM, enfatizó que la falta de acceso a servicios médicos incrementa la desigualdad y la vulnerabilidad de los más pobres. Por su parte el analista económica Irasema Dagnini señaló que la mala distribución de recursos y la necesidad de desembolsar dinero para salud contribuyen a la pobreza extrema.
Es de suma impoirtancia que las autoridades tomen medidas concretas para revertir esta tendencia en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, enfocándose en mejorar el acceso a servicios de salud, distribución de recursos y políticas públicas efectivas. De lo contrario, la pobreza y la desigualdad podrían profundizarse, afectando gravemente a estas comunidades vulnerables.
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