La segunda mitad del siglo XX en México está manchada de sangre estudiantil, con la Matanza en Tlatelolco en el 68 y el Halconazo en el 71, y Luis Echeverría Álvarez tuvo gran relevancia en ambas masacres: primero como secretario de Gobernación y después como presidente de México. Hoy, a 53 años de este último suceso, también conocido como la "Matanza del Jueves de Corpus", recordamos algunos puntos clave necesarios para comprender los hechos ocurridos.
•Desde sus primeros días como presidente, Luis Echeverría prometió una "apertura democrática", permitiendo el regreso al país de líderes del movimiento del 68, que hasta ese momento habían estado exiliados en Chile. Así, los estudiantes creyeron (ingenuamente) que México traía nuevas libertades, entre ellas la movilización de las masas para demostrar inconformidades.
•La comunidad universitaria neoleonesa, entusiasmada por los cambios que prometía el nuevo gobierno, presentó una ley orgánica que proponía un gobierno paritario; sin embargo, el gobierno estatal respondió con una reducción presupuestal, así como una ley que suprimía la autonomía de la universidad, llevando a los estudiantes y profesores a manifestarse.
•El 10 de junio, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) se unieron a la huelga de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
•En poco tiempo, las calles en las que desembocaría la marcha estaban cubiertas por granaderos, agentes policíacos, tanques antimotines y camiones y camionetas del Ejército.
•Un grupo de choque entrenado por la Dirección Federal de Seguridad y la CIA (Agencia Central de Inteligencia), conocido como "Los Halcones", atacaron brutalmente durante varios minutos a los estudiantes, sin aviso previo ni causa justificada.
•Algunos jóvenes heridos fueron trasladados de emergencia al Hospital Rubén Leñeros; no obstante, los Halcones, intimidando al personal médico, ingresó al quirófano, acabando con sus vidas. Se estima que fallecieron 120 personas, inclusive había personas de 14 años de edad.
•La declaración oficial del Gobierno decía que "grupos extremistas dentro del mismo movimiento atacaron a sus compañeros", negando la existencia de los Halcones, y asegurando que los culpables serían castigados.
•Los periodistas fueron silenciados, bajo la promesa de acabar con la misma suerte que los estudiantes, por lo cual no hubo mucho material fotográfico de aquel fatídico día.
•A pesar de que esta matanza intimidó a muchos profesores, obreros y estudiantes, muchos otros se unieron en solidaridad; esto desencadenaría en la reforma político-electoral de 1977, comenzando el proceso de transición de un esquema unipartidista a un modelo de pluripartidismo.
En 1971, los estudiantes se aglomeraban en las calles para exigir la democratización de la enseñanza, un mayor control sobre el presupuesto universitario, libertades políticas y democráticas en contra de un régimen represivo, respeto a la diversidad cultural mexicana y educación de calidad para todos, especialmente para campesinos y obreros, y la respuesta del Gobierno, al igual que tres años antes, fue la supresión mediante la fuerza a la vez que la negación de los actos. 53 años después, México no olvida, pues, como bien dijo Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana, "quien olvida su historia está condenado a repetirla".