Últimamente, parecemos ser más observadores con las formas de las nubes: les encontramos formas distintas si es invierno o si es primavera, si predicen la lluvia, calor o incluso un temblor. Ante estas dudas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refiere que cada forma tiene un nombre asignado.
Bien, la máxima casa de estudios indica que las nubes se forman por pequeñas gotitas de agua o cristales de hielo que flotan en la atmósfera “dependiendo de su altura, el tamaño y su forma se pueden clasificar en cuatro grandes grupos: nubes bajas, nubes medias, nubes altas y nubes de desarrollo vertical”.
Las nubes bajas, cuya altura es de 0 a 2000 metros:
Estratos: Son de color gris claro, forman capas, su base parece desgarrada y producen lloviznas.
Nimboestratos: Son de color gris oscuro, forman capas, producen lluvia y en altas latitudes producen nevadas.
Estratocúmulos: Forman capas y su color es blanco, además tienen forma de glóbulos.
Las nubes medias, aquellas entre 2000 a 6000 metros de altura:
Altoestratos: Su color es gris, se presenta como una capa uniforme, en genera lluvia y en altas latitudes provoca nevadas.
Altocúmulos: Se le llama comúnmente “cielo aborregado” ya que notan pequeños glóbulos, este tipo de nube no genera lluvia.
Nubes altas, que tienen una altura de más de 6000 metros:
“Las nubes altas se clasifican como Cirros (Ci), se forman por gotas de hielo pero no precipitan, tienen un aspecto fibroso, parecidos a la cola de los caballos”, comenta UNAM.
De igual manera, están las nubes con desarrollo vertical, que se dividen en cúmulos: “Son enormes masas blancas de aspecto algodonoso y producen lluvias”, y las cumulonimbos “Presentan un gran desarrollo vertical, su base es de color gris y producen granizo, chubascos y tormentas eléctricas”.