Esta especie tan peculiar es originaria de los bosques de América Central y del Sur, las ranas de cristal pertenecen a la familia Centrolenidae y deben su nombre a su piel y músculos translúcidos, que les permite camuflarse perfectamente en su entorno selvático.
De acuerdo con el portal BBC News Mundo, los doctores Jesse Delia, del Museo de Historia Natural de Nueva York, y Carlos Taboada, de la Universidad Duke, en Estados Unidos, llevan años estudiando anfibios y, especialmente, las ranas de cristal.
Ambos biólogos trabajaron en la investigación y realizaron primeras observaciones las empezaron en el terreno en Panamá, posteriormente pasaron a un trabajo de laboratorio de unos ocho meses que les permitió tener un buen estudio cuantitativo de la especie.
"Si volteas estas ranas bocarriba, puedes observar el corazón latiendo aislado. Puedes ver a través de la piel y ver el músculo, la mayoría de la cavidad del cuerpo es realmente invisible", explicó el cientifico Jesse Delia.
Para escapar de la atención de posibles depredadores, el anfibio puede volver su cuerpo 61% transparente, confundiéndose con las hojas, gracias a sus características físicas.
Una investigación del portal National Geographic explica que cuando las ranas de cristal de Fleischmanni se duermen, desvían el 89% de sus glóbulos rojos de colores brillantes a unos sacos recubiertos de cristales en el hígado, estos reflejan la luz entrante y hacen que las ranas parezcan casi invisibles.
"Los glóbulos rojos también absorben mucha luz, y descubrimos que la rana puede ocultarlos empaquetándolos en el hígado".
Cabe señalar que estos anfibios son de hábitos nocturnos, por lo que durante el día buscan hojas con las cuales mimetizarse gracias al pigmento verde de su piel. Sin embargo, esto no es suficiente para escapar de sus presas, ya que cuando la luz del sol penetra en las hojas, puede revelar la silueta de la rana y, de esta manera, queda expuesta.