La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) logró frenar a la extrema derecha en las elecciones legislativas de Francia, abriendo un periodo de incertidumbre sobre quién gobernará al no alcanzar ningún bloque la mayoría absoluta. El NFP obtuvo 190 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional, seguido por la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron con 160, y el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) con más de 140.
Este resultado es un revés para Marine Le Pen, líder de la ultraderecha, quien no logró la mayoría esperada. Las primeras proyecciones desataron celebraciones y protestas en diversas ciudades, con enfrentamientos con la policía y detenciones en Rennes, Marsella, Lyon y París.
Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa, declaró que el NFP gobernará sin negociar con la alianza de Macron. Olivier Faure, del Partido Socialista y cofundador del NFP, argumentó que el resultado es una victoria contra la extrema derecha y rechazó cualquier coalición que traicione el voto de los franceses.
Stéphane Séjourné, del partido Renacimiento de Macron, celebró que el bloque centroderechista sigue en pie y descartó que el NFP pueda gobernar Francia, al no tener mayoría en la Asamblea Nacional. Gérald Darmanin, ministro del Interior, sugirió un acuerdo con el partido de derecha Los Republicanos.
Marine Le Pen lamentó la derrota, mientras Jordan Bardella, presidente de RN, acusó a Macron de dejar a Francia en manos de la extrema izquierda y prometió trabajar en el Parlamento Europeo contra la migración y por la soberanía.
La estrategia de concentración de votos para derrotar a RN en cada circunscripción fue calificada por Bardella como una "alianza del deshonor". Séjourné agradeció a los candidatos que se retiraron en nombre de los valores republicanos.
La participación en las elecciones fue del 59.71%, la más alta desde 1981. Macron esperará a conocer la estructura de la nueva Asamblea antes de formar el gobierno, mientras que el primer ministro Gabriel Attal anunció su renuncia, pero continuará en funciones hasta que se forme un nuevo gobierno.
La elección en Francia, potencia nuclear y motor de la Unión Europea, atrajo la atención mundial. Líderes internacionales como Donald Tusk, Pedro Sánchez, y Gustavo Petro celebraron el triunfo del NFP y la derrota de la ultraderecha.