La Basílica de Guadalupe, ubicada en el icónico cerro del Tepeyac, es el segundo sitio de peregrinación católica más visitado en el mundo, solo superado por la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Anualmente, este sagrado recinto atrae a 20 millones de visitantes, especialmente alrededor del 12 de diciembre, cuando se celebra el día de la Virgen de Guadalupe.
La historia comenzó con una modesta ermita construida en el siglo XVI, poco después de las apariciones de la Virgen a Juan Diego. Inicialmente ampliada en 1556 por el obispo Fray Alonso de Montúfar, la ermita fue conocida como "la ermita de Montúfar". Esta estructura servía como un lugar de adoración y un sitio de peregrinación para los devotos de la Virgen.
A comienzos del siglo XVII, se decidió construir un santuario más grande y adecuado para albergar la creciente cantidad de peregrinos. El 10 de septiembre de 1600, se colocó la primera piedra del que sería el primer santuario oficial en el sitio actual de la basílica. Finalizado en 1622, este santuario acogió el retablo y la imagen sagrada hasta que una gran inundación en 1629 dañó la estructura, obligando a trasladar la imagen a la Catedral de la Ciudad de México.
Durante los primeros años del siglo XVIII, comenzó la construcción de un nuevo templo dedicado a la Virgen de Guadalupe, finalizado el 27 de abril de 1709. Su construcción, sin embargo, comenzó en 1695 bajo la dirección del arquitecto Manuel Durán y fue completada con los diseños de Pedro Arrieta, también arquitecto. En 1749, recibió el estatus de colegiata y en 1904 fue elevada a la categoría de basílica.
Arquitectónicamente, el templo se distingue por cuatro torres octagonales, una en cada esquina, un diseño inspirado en las basílicas españolas, además de 15 bóvedas, una cúpula embellecida con teja de talavera en tonos amarillo y azul y una fachada barroca de cantera. Su interior era de estilo neoclásico, adornado con vitrales, pinturas monumentales y un altar de mármol. Sin embargo, en 1921, una bomba casi destruyó el templo, aunque la imagen de la Virgen de Guadalupe permaneció milagrosamente intacta, lo que muchos creyeron un signo divino.
Además, el hundimiento del edificio, que alcanzó más de tres metros, así como múltiples daños estructurales, lo dejaron al borde del colapso, llevando a la decisión de construir una nueva basílica en 1972. La construcción de la nueva estructura fue completada en 1976, y tras un extenso proceso de estabilización, la Antigua Basílica reabrió en el año 2000.
Hoy, la Basílica de Guadalupe no solo es un centro de fe, sino también un símbolo arquitectónico y cultural de México, atrayendo a millones de visitantes cada año, reafirmando su lugar como uno de los sitios más sagrados del catolicismo mundial.