La reforma del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) ha sido una tarea monumental para el gobierno actual, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Tras más de 17 meses de esfuerzos intensos, la reestructuración del Issste aún está en proceso, enfrentando desafíos heredados de las administraciones neoliberales previas.
El presidente López Obrador ha denunciado que la corrupción y el abandono sistemático durante el periodo neoliberal desmantelaron al Issste. Esta situación dejó hospitales en estado de abandono y creó una red de conflictos de interés y corrupción. Ex directivos del Issste, ahora propietarios de empresas que prestan servicios al instituto, han sido identificados como parte del problema.
Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y coordinadora de la reorganización del Issste, ha enfrentado un escenario complejo. Su lucha contra la corrupción interna y las mafias ha sido ardua, pero se estima un ahorro institucional significativo de 15 mil millones de pesos gracias a estos esfuerzos. La reforma busca revertir la tendencia privatizadora, devolviendo al gobierno federal el control sobre los servicios esenciales de salud.
El plan de reestructuración del Issste busca no solo combatir la corrupción, sino también mejorar la calidad y accesibilidad de los servicios de salud. La privatización excesiva había llevado a que la mayoría de los servicios, incluyendo necesidades básicas como ambulancias o análisis, fueran subrogados a entidades privadas. Este modelo está siendo revisado y reemplazado por uno más equitativo y eficiente.
El presidente López Obrador también rememoró cómo la administración del Issste fue entregada durante el gobierno de Felipe Calderón, como parte de un acuerdo político con Elba Esther Gordillo, entonces dirigente magisterial. Esta decisión políticamente motivada contribuyó a los problemas actuales que enfrenta la institución.
El camino hacia la recuperación del Issste es largo, pero con la continua lucha contra la corrupción y la privatización, el gobierno actual se compromete a restablecer la integridad y eficacia de este vital instituto de salud pública.