Por: Jaime Zahid Torales
Septiembre de 2022 era el mes en el que Nataly Sofía de siete años de edad participaría en la Olimpiada Estatal de Matemáticas. Era una niña de excelentes calificaciones y aún con su edad, se podía percibir su visión por ayudar a otros.
La historia sin embargo no pudo seguirse escribiendo, Nataly murió en un accidente automovilístico en Juárez, Nuevo León, ocasionado por la imprudencia de alguien quien desde otro vehículo manejó bajo los efectos del alcohol.
Hoy Paloma Paz, paramédico y madre la pequeña, reclama justicia. La Fiscalía de ese estado propone como sanción penal una indemnización de 900 mil pesos y las autoridades del gobierno encabezado por Samuel García parecen carecer de toda empatía.
“La carpeta de investigación está incompleta. Tenemos acceso a ella y por eso nos percatamos de que no aparece el documento en el que se comprueba el dictamen de arraigo domiciliario para la mujer que destruyó la vida y la de mi familia”, me dijo durante una videollamada.
Mariela Yaretzi “R”, de en ese entonces 20 años, era quien manejaba el otro auto que ocasionó la muerte de Nataly por contusión profunda en cráneo, de acuerdo al peritaje.
Era el 7 de agosto del año pasado cuando la pequeña había ido en compañía de su papá y la esposa de este, en aquel momento embarazada de ocho meses, a una fiesta infantil con alberca y globos. Pasaban de las 12:00 a.m. cuando un vehículo tipo Sentra color blanco invadió su carril impactándolos justo del lado en que iba Nataly. Su cuerpecito quedó debajo de una palmera, en una roca que todavía tiene rastros de su sangre.
Otro invitado de la misma fiesta, que iba pasando por ahí, se ofreció a llevarlos al hospital pero para eso momento Paloma, quien acababa de recibir la trágica noticia por parte de su ex pareja, ya había mandado una ambulancia al lugar. Esa unidad trasladó a Nataly al hospital, en donde únicamente corroboraron que la niña ya había fallecido.
Los oficiales de tránsito que atestiguaron se percataron enseguida que Mariela Yaretzi iba alcoholizada, y esto se comprobó más tarde con un dictamen de toxicología. Hoy, por orden de un juez de control se encuentra en resguardo domiciliario como medida cautelar.
“Nos están presionando para que aceptemos la indemnización. 800 o 900 mil pesos no se comparan a todo lo que hemos y seguimos pasando. Además algunas autoridades nos dicen que nos resignemos porque Mariela es joven y sin antecedentes penales por lo que no pisará la prisión”, denuncia Paloma.
De esta manera, se decidió a abrir una página en Facebook, Justicia para Nataly Sofía, así se encuentra en el buscador. En respuesta el padre de Mariela, un hombre que tiene comercios de mariscos en Nuevo León, la ha demandado por difamación, además de que Paloma ha sufrido hostigamientos; le han cortado los cables de teléfono e internet de su casa y han fotografiado su domicilio.
“Lo único que quiero es justicia para mi hija. Ha sido un dolor muy grande; apenas unas horas después de enterrarla tuvimos la primera audiencia. Queremos que la gente se sume a este movimiento para que las autoridades nos apoyen”, continuó.
Paloma convoca a la marcha estatal el próximo domingo 26 de febrero en punto de las 3:00 p.m. iniciando en la calle Ocampo y Zaragoza frente al Palacio Municipal de Monterrey.
Finalmente Paloma recuerda a su pequeña hija con una anécdota; un día antes del accidente estaba en casa viendo la película “El cielo si existe”, cuando recibió una llamada de Nataly, quien como todos los fines de semana estaba en casa de su papá. “¿Mami tú crees en el cielo?" Fue una de las preguntas que le hizo.
Resulta impactante hoy para ella porque sumado a esto, hace poco revisando las cosas de Nataly encontró un dibujo muy particular. Lo había realizado un mes antes a su muerte, cuando ambas estaban recluidas en casa de la abuela después de contagiarse de COVID-19.
El dibujo muestra un arbolito, muy similar a la palmera en donde ella falleció. Al lado hay una escalera gigante y una niña hasta arriba de ella extiendo las manos hacia Dios, quien también está dibujado. Paloma no deja de maravillarse por esto e incluso en el lugar en donde quedó su cuerpecito ahora crecen flores moradas que nacieron poco después del accidente. El morado era el color favorito de Nataly Sofía cuya luz con la que brillaba en este plano, sigue iluminando en el otro.