Francisco González Bocanegra, la mente lírica detrás del Himno Nacional Mexicano, vio su vida truncada a los 37 años por la tifoidea el 11 de abril de 1861 en Ciudad de México. Originario de San Luis Potosí y nacido el 8 de enero de 1824, su vida y obra reflejan la turbulencia del México del siglo XIX.
Su ideología conservadora lo llevó a ser perseguido por facciones liberales, ocultándose en un sótano donde contrajo esta enfermedad fatal. La historia recuerda el año 1853, durante la presidencia de Santa Anna, cuando se lanzó la convocatoria que daría vida a los versos patrióticos de Bocanegra.
Contrario a su voluntad inicial, fue persuadido por su prometida Guadalupe González para participar en el concurso del Himno Nacional. Tras ser encerrado por ella hasta completar su obra, González Bocanegra creó los versos ganadores, estableciendo un legado inmortal en la historia mexicana.
El Himno Nacional, conforme a legislación, adorna actos oficiales y ceremonias, honrando a la bandera y la presidencia. Originalmente constaba de diez estrofas, pero las victorias del liberalismo llevaron a la censura de pasajes dedicados a Iturbide y Santa Anna.
La leyenda de su encierro y creatividad forzada cuenta una historia de cómo la genialidad a veces necesita un poco de amor para prosperar, pues con un poco de motivación se puede cambiar la historia de un país. Aunque su vida fue breve, su contribución a la identidad mexicana permanece eterna, celebrada cada vez que resuenan las estrofas de su Himno Nacional.
