El fentanilo es tendencia últimamente, y no por razones médicas, pues este fármaco, el cual debería estar regulado según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha convertido en el más reciente objeto del tráfico ilícito de drogas.
Y es que, desde que cuatro estadounidenses fueron secuestrados en Tamaulipas, las autoridades están más alertas que nunca por la rápida expansión del tráfico de este narcótico en la zona limitante con Estados Unidos.
Las autoridades, tanto estadounidenses como mexicanas, han mostrado su posición frente al nuevo objeto del narcotráfico, mencionando que se están identificando a los primeros vendedores ilícitos del medicamento para así dar con los más altos responsables.
De medicamento a droga sintética
El fentanilo es un potente derivado del opio fabricado en laboratorios autorizados y su consumo está aprobado y regulado por la FDA para tratar el dolor intenso que produce una cirugía, por ejemplo.
Este opioide sintético es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, ya que una dosis pequeña de fentanilo tiene el poder de alterar el organismo; en combinación con otras drogas como la heroína, cocaína y otros narcóticos sintéticos, el efecto se potencia al doble.
Según los datos de mortalidad del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de Estados Unidos, investigadores pudieron demostrar que la participación del fentanilo en las muertes por sobredosis de opioides aumentó del 14.3% en 2010 al 46% en 2016, dejando claro que esto es un problema latente en el país vecino del norte.
Los casos que se han reportado en centros de salud son de sobredosis muy avanzadas y muy pocas veces tratables, ya que en el 98 por ciento de los casos, la ingesta de este falso "dulce de Halloween" es letal.
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