La perspectiva de una reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos plantea un escenario de riesgos económicos significativos para México. Especialistas anticipan que Trump, con su probable candidatura por el Partido Republicano, podría enfrentar y posiblemente vencer a Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales, a pesar de las controversias legales que lo rodean.
La política económica nacionalista y proteccionista de Trump, caracterizada por su enfoque en aranceles elevados y revisión de tratados comerciales, sugiere potenciales desafíos para las relaciones comerciales y económicas de México con su principal socio.
El análisis destaca que, bajo una administración de Trump, políticas como la imposición de aranceles hasta un 60% a productos chinos y potencialmente hasta un 10% a las importaciones mexicanas, podrían reconfigurar las dinámicas comerciales. Este cambio podría verse exacerbado con la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2025, donde se anticipa que Estados Unidos buscará modificaciones que le sean más favorables, impactando directamente el flujo de exportaciones mexicanas hacia el norte.
La reforma propuesta por Trump a la Ley de la Industria Eléctrica y su potencial influencia en proyectos de nearshoring beneficiarios para México representan otra área de preocupación. Las políticas económicas de Trump podrían incentivar a las empresas estadounidenses a mantener sus inversiones dentro del país, afectando negativamente la llegada de nuevas inversiones a México. Además, su postura frente a conflictos internacionales, como su aproximación a Rusia y las posibles implicaciones para la seguridad y economía global, podría tener efectos colaterales en la economía mexicana, especialmente en el contexto de precios de materias primas y la inflación.
El análisis económico también señala que la potencial reducción del impuesto corporativo en Estados Unidos bajo una administración de Trump podría desincentivar el desplazamiento de inversión hacia México, afectando adversamente los proyectos de nearshoring. Además, las tensiones geopolíticas y sus efectos en los precios del petróleo y otras materias primas podrían repercutir en la inflación mexicana y las políticas monetarias del Banco de México.
En este complejo panorama, es crucial para México monitorear de cerca el desarrollo de las elecciones en Estados Unidos, preparándose para ajustar sus estrategias económicas y comerciales en respuesta a los posibles cambios en la política estadounidense. La reelección de Trump podría requerir de México una adaptación estratégica para proteger y promover sus intereses económicos en un entorno internacional incierto.