En Chiapas, México, el consumo de Coca Cola alcanza cifras sorprendentemente altas, convirtiendo a este estado en el mayor consumidor de la bebida a nivel mundial. Según el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), cada habitante de Chiapas consume aproximadamente 821.25 litros de Coca Cola al año, muy por encima del promedio nacional de 160 litros. Este fenómeno es terriblemente preocupante debido a sus implicaciones en la salud pública, especialmente en relación con enfermedades como la diabetes tipo 2.
Coca Cola, introducida por John Pemberton en 1886, se ha consolidado como una de las marcas más influyentes globalmente, presentando una variedad de productos que incluyen versiones light y zero. Sin embargo, en México, la versión original sigue siendo la preferida por los consumidores. La presencia de esta bebida en las mesas mexicanas es emblemática, integrándose profundamente en la cultura de consumo local.
El alto consumo en Chiapas ha sido vinculado a varios factores socioeconómicos y culturales. Investigaciones apuntan a una regulación laxa sobre las industrias refresqueras, campañas de marketing efectivas que se dirigen directamente a la población local en sus idiomas nativos y la falta de acceso a agua potable de calidad como algunas de las causas principales de esta tendencia.
Además, cambios en las dinámicas sociales y las prácticas religiosas en la región han fomentado la integración de Coca Cola en las actividades cotidianas y ceremoniales de los chiapanecos. Estos cambios en los hábitos de consumo conllevan problemas de salud relacionados con el consumo excesivo de azúcar, como la obesidad y la diabetes, enfermedades muy presentes en la región.