Tras la derrota electoral del Partido Acción Nacional (PAN) en los comicios del 2 de junio, el expresidente Felipe Calderón y el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, se responsabilizan mutuamente de los resultados negativos de las últimas tres elecciones presidenciales.
En una serie de mensajes en redes sociales, Calderón, quien dejó el PAN en 2018, calificó a Cortés como el dirigente que más daño ha causado al partido en su historia. Cortés respondió rápidamente, acusando a Calderón de provocar la mayor caída de votación para el PAN y relacionándolo con el caso García Luna, que inevitablemente repercutió en la campaña reciente.
Cortés presentó gráficas mostrando la disminución de votos para el PAN desde 2000. Argumentó que la votación pasó de 36% en 2006 a 26% en 2012, y luego a 18% en 2018, alcanzando un 16% en 2024 sin los votos de sus aliados. También mostró el descenso en las votaciones para los candidatos panistas al Congreso.
Calderón replicó acusando a la dirigencia de Cortés de servirse de los recursos del partido y de adoptar una narrativa alejada de los logros del PAN. Además, afirmó que la dirigencia de Cortés repetía las palabras del presidente López Obrador, lo cual perjudicó al partido.
Genaro García Luna
Mencionado previamente, la mayor crítica del actual dirigente del PAN hacia el expresidente fue su relación con Genaro García Luna, culpado de 5 cargos en Estados Unidos (a saber: participar en una empresa criminal continua, conspiración internacional para la distribución de cocaína, conspiración de distribución y posesión de cocaína, conspiración de importación de cocaína y dar una declaración falsa ante la autoridad migratoria de Estados Unidos), dato de gran relevancia, pues se sigue investigando el papel de Calderón en este asunto.
García Luna, quien comenzó su carrera en el Centro Nacional de Inteligencia (CISEN) y alcanzó el poder en la Policía Federal Preventiva, se vio envuelto en actividades criminales durante los sexenios del PAN. Mientras García Luna avanzaba en su carrera, Cortés también ascendía en la política, siendo dirigente juvenil del PAN y posteriormente diputado y senador.
La controversia sobre García Luna ha sido un punto de conflicto continuo. Personajes como Javier Herrera Valles, Anabel Hernández y Gerardo Fernández Noroña advirtieron sobre los vínculos de García Luna con el narcotráfico, enfrentando persecuciones y amenazas.
Marko Cortés ha tratado de distanciar al PAN de García Luna, afirmando que el exfuncionario no era miembro del partido. Sin embargo, el juicio y las revelaciones sobre los nexos criminales de García Luna han dañado la imagen del PAN y generado debates sobre la responsabilidad y el conocimiento de estos vínculos por parte de sus líderes.