El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, una fecha significativa que va más allá de la declaración oficial en 1999. Latinoamérica honra este día desde 1981 en memoria de las hermanas Mirabal, asesinadas brutalmente en 1960 por desafiar al régimen de Rafael Trujillo en República Dominicana.
A pesar de los esfuerzos globales, la desigualdad persiste como un obstáculo para la igualdad de género y los derechos humanos. México, en particular, enfrenta desafíos identificados por la ONU.
La violencia hacia las mujeres y niñas se ha extendido a diversos ámbitos, incluidos espacios laborales y digitales, agravada por efectos post pandémicos. Solo un 5% de la ayuda global gubernamental se destina a la violencia de género, con menos del 0,2% dirigido a su prevención.
La Campaña Únete de la ONU por el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, marca el inicio de 16 días de activismo que culminan el 10 de diciembre. En el 2023, la campaña se enfoca en "Invertir para prevenir la violencia contra mujeres y niñas", exhortando a la sociedad a ser activista, solidarizarse con defensoras de derechos y respaldar movimientos feministas en la lucha por un mundo sin violencia de género.
La violencia contra mujeres y niñas, abarca aspectos físicos, sexuales, psicológicos y manifestaciones como el maltrato, la trata de personas, acoso, entre otros. La Declaración de la ONU en 1993 la define como cualquier acto que cause daño físico, sexual o psicológico.
Quienes enfrentan mayor vulnerabilidad son grupos como niñas, mujeres mayores, LGBTQ+ y migrantes. Erradicar la violencia de género es clave para lograr igualdad, desarrollo sostenible y el pleno respeto a los derechos humanos.
El Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer busca erradicar la desigualdad que persiste. La violencia de género sigue siendo un obstáculo para la igualdad, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos.