El 12 de diciembre es un día marcado por la devoción de millones de fieles católicos que se congregan en la Basílica de Guadalupe para honrar a la Virgen de Guadalupe. Esta tradición arraigada en México encuentra sus raíces en un relato que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Hace 492 años, la Virgen se manifestó ante Juan Diego, un indígena que dedicaba su vida a vender petates en Tlatelolco. El relato cuenta que, tras escuchar su nombre susurrado por los pájaros, Juan Diego presenció la presencia de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.
Ella le encomendó la construcción de un templo en su honor, un mensaje que llevó al obispo a pesar de la incredulidad inicial. Sin embargo, a pesar de los desafíos y las solicitudes de pruebas, la perseverancia de Juan Diego fue recompensada.
La madrugada del 12 de diciembre, la Virgen de Guadalupe sanó al tío de Juan Diego y le pidió que recogiera rosas como prueba para el obispo. Al desplegar las flores frente a él, la imagen de la Virgen se manifestó milagrosamente en la tilma del indígena, un manto que ha resistido el paso del tiempo en la Basílica de Guadalupe.
Este día no solo conmemora un evento religioso trascendental, sino que también se une a otras efemérides significativas. Además de celebrar a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre se honra al Empleado Bancario en México. Esta coincidencia lleva a los centros bancarios a cerrar sus instalaciones.
El 12 de diciembre trasciende más allá de una simple fecha en el calendario, para México, representa la fe, la perseverancia y la manifestación de la divinidad.