Gran parte del territorio nacional se encuentra atravesando por una de las crisis hídricas más severas en los últimos años, así lo revelaron recientemente expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que se basaron en datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En ese mismo estudio señalan que las sequías y la falta de lluvias han puesto en riesgo el abasto del agua para los siguientes años, siendo las futuras generaciones las que resientan la falta del vital líquido en su vida diaria.
De acuerdo con los datos del IMCO, en el año 2021 se registraron un total del 8 mil 491 eventos de sequía, de las cuales se vivieron de la siguiente manera: 71 % severas, 26 % extremas y sólo el 3 % fueron excepcionales.
Todos esos números se traducen en un muy alto grado de presión hídrica, es decir una de las crisis más severa por la que ha pasado México. En ese mismo comunicado hicieron un llamado urgente a que se garantice el acceso al agua, pero no sólo para las personas, sino también para el ecosistema.
Pero sin duda alguna las lluvias cumplen con un papel importante en el ciclo del agua, al respecto mencionaron que el 72 % de las precipitaciones suele concentrarse sólo en cuatro meses, es decir entre el mes de junio y septiembre, pero especialmente en México pueden haber años con abundantes precipitaciones o de prolongadas sequías.
Pero el agua que se acumula de las lluvias no es la misma en todas partes, por ejemplo, donde se ubica sólo el 23 % de la población es donde la actividad económica es menor, en cambio donde está el 77 % la disponibilidad del recurso es escasa.
Aún con todo y la crisis hídrica, el 50 % del país ha perdido su cobertura vegetal original, el 60 % de los cuerpos de agua tienen algún grado de contaminación y 157 acuíferos están sobreexplotados.