Desde hace unas semanas, México ha sido escenario de constantes manifestaciones en torno al debate generado por la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La principal fuente de indignación es la disposición que permite la elección de jueces y magistrados por votación popular, aunque la reforma abarca otros cambios significativos. Entre ellos se encuentran la reducción de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de 11 a 9, la creación de un Tribunal de Disciplina Judicial y la sustitución del Consejo de la Judicatura Federal, entre otras modificaciones.
Como resultado, estudiantes de diversas universidades, trabajadores del poder judicial, jueces, magistrados, docentes de derecho y la población en general han organizado manifestaciones en toda la República Mexicana, con especial énfasis en la Ciudad de México. Estas protestas han incluido bloqueos viales en la Cámara de Diputados y marchas desde el Ángel de la Independencia hasta el Senado.
El 3 de septiembre, la Cámara de Diputados comenzó a discutir la reforma, y se prevé que se apruebe ese mismo día.
En respuesta, se ha viralizado en redes sociales una convocatoria para un paro nacional el 4 de septiembre en defensa y oposición a la reforma al Poder Judicial. La convocatoria exige un cese completo de las actividades para expresar el rechazo a las reformas propuestas.