Luego de las recientes disputas entre Estados Unidos y México respecto a las políticas sobre el maíz transgénico o maíz amarillo desde su modificación en febrero de 2023, que prohíbe su uso para la alimentación humana, el tema ha pasado a ser de mayor interés debido a las opiniones e información que se emiten sobre su uso.
Entre los principales motivos para realizar esta diferenciación se encuentra el argumento acerca de los daños que puede ocasionar a la salud debido a los agroquímicos que se usan. Sin embargo, dichos posibles daños a la salud aún se encuentran en investigaciones.
El desacuerdo del vecino del norte se debe a que en México se importan aproximadamente 17 millones de toneladas de la variedad transgénica de maíz amarillo y se teme a que pueda afectar económicamente. Este producto es utilizado para la elaboración de frituras, el forraje, entre otros procesos.
El decreto emitido menciona que se deberá diferenciar la variedad de maíz para prohibir que el grano transgénico sea utilizado para la elaboración de alimentos a base de masa, como lo son las tortillas; producto esencial en la alimentación básica de los mexicanos.
¿Cómo se diferencia el maíz normal del transgénico?
El maíz es uno de los cereales más cultivados al rededor del mundo. Mucha de la cosecha es utilizada como alimento para el ganado así como para producir combustible renovable y ecológico (etanol), por lo que prevenir el desabasto se volvió prioridad desde hace años.
El maíz modificado genéticamente, se creó con la finalidad de resistir plagas de insectos creando una proteína que es tóxica para estas. Los transgenes son genes modificados con herramientas de bioingeniería.
Para detectarlo, el producto debe ser sometido a pruebas para detectar las modificaciones. Esto se consigue a través del cribado de secuencias de ADN que no se dan naturalmente en el maíz.
Otro aspecto es que no es posible cultivar maíz transgénico sin provocar que los transgenes terminen en el maíz que era normal. Esto debido a que no todos los granos resultantes son comercializados sino que son guardados para usarse en próximas cosechas, repitiendo este proceso.
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