El pasado 26 de agosto inició el ciclo escolar 2024-2025; sin embargo, en la sierra de Chiapas esto no fue posible. Diversas escuelas cancelaron las actividades escolares debido a la ola de violencia que ha azotado la región.
Los municipios afectados son Frontera Comalapa, Chicomuselo, Amatenango de la Frontera, Mazapa de Madero, Bejucal de Ocampo, Siltepec, El Porvenir, La Grandeza y Motozintla.
Aproximadamente 300 mil niños y jóvenes se han quedado sin clases a causa de la inseguridad, lo que aumenta la desigualdad, la pobreza y deja un futuro incierto. Desde el año pasado, la actividad escolar se ha detenido; los enfrentamientos armados han llevado a que los padres de familia prefieran no enviar a sus hijos a la escuela.
No solo los estudiantes son afectados; los docentes también enfrentan dificultades, ya que muchos de ellos deben realizar trayectos largos y peligrosos para llegar a los centros educativos, temiendo por su seguridad. Tanto escuelas públicas como privadas, desde el nivel básico hasta el superior, han suspendido clases debido a la narcoviolencia.
Mientras tanto, los enfrentamientos, bloqueos viales y desplazamientos forzados continúan, con personas buscando refugio lejos de sus hogares.