El ciclón "Daniel" azotó Libia con intensas lluvias, causando catastróficas inundaciones en múltiples ciudades. Hasta el momento, el saldo de esta tragedia es desgarrador, con 2,080 personas confirmadas como fallecidas y más de 10,000 desaparecidas, cuyos destinos todavía son inciertos.
La ciudad más afectada por el embate de "Daniel" es Derma, donde la situación se ha vuelto insostenible. Los habitantes de esta localidad se encuentran en una situación desesperada, sin acceso a energía eléctrica ni comunicación, lo que ha llevado a que se declare la ciudad como una "zona catastrófica".
El viceprimer ministro de Libia, Ali al Gatrani, ha emitido un llamado urgente a la comunidad internacional para una intervención humanitaria en Derma. Otras ciudades como Misrata, Al Bayda y Marj también sufrieron los estragos de tormentas eléctricas y vientos con velocidades de hasta 180 kilómetros por hora.
El Banco Central de aquel país ha anunciado que destinará fondos para cubrir los gastos de la crisis, incluyendo la recuperación de servicios básicos y la asistencia a los damnificados.
Por su parte, el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional (GUN), Abdulhamid Debiba, se comprometió a indemnizar a las víctimas de las inundaciones y decretó tres días de luto en memoria de las personas que perdieron la vida a causa de "Daniel".
La magnitud de la devastación es tan significativa en Libia que negocios, locales comerciales y escuelas permanecen cerrados, con el objetivo de que los habitantes se resguarden en sus hogares mientras se lleva a cabo la ardua labor de saneamiento en las áreas afectadas.
Las inundaciones en Libia en septiembre de 2023 se convierten en uno de los desastres naturales más mortíferos en el norte de África en más de un siglo. Aunque en 2019 se vivió otra inundación importante en el país, con cuatro víctimas mortales y decenas de miles de afectados, la magnitud de la tragedia actual no tiene precedentes.