MORENA y sus corcholatas finalmente alcanzaron un aparente acuerdo en torno a las reglas de su contienda interna en busca del candidato o candidata a la Presidencia de la República.
Este domingo, el Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional determinó que será a través de cinco encuestas, una realizada por la Comisión de Encuestas del Partido, y las otras cuatro por empresas externas, como se definirá la candidatura.
Todos los aspirantes deberán dejar sus cargos antes del 16 de junio, un punto que había sido planteado por el Canciller Marcelo Ebrard.
Entre las reglas de la contienda aprobadas por el Consejo destaca que los y la aspirante no podrán realizar debates públicos ni descalificarse entre ellos y tampoco podrán conceder entrevistas a medios o periodistas calificados por MORENA como “adversarios a la Cuarta Transformación”.
Estos dos aspectos evidentemente a quien benefician es a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien junto con Adán Augusto López, secretario de Gobernación, ha mostrado tener menor carisma y elocuencia que los demás aspirantes.
Otro de los acuerdos aprobados es que el resto de las y los integrantes de MORENA, entre ellos el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, los gobernadores, diputados, senadores y alcaldes no pueden inmiscuirse en el proceso a favor de alguna o algunos de los participantes, tal y como lo han hecho reiteradamente los mandatarios estatales a favor de la jefa de Gobierno.
Las encuestas serán aplicadas entre el 28 de agosto y el 3 de septiembre. El resultado final será dado a conocer oficialmente el miércoles 6 de septiembre.
Lo que evidentemente busca el Consejo Nacional de Morena con la aprobación de estas reglas es evitar a toda costa fracturas dentro del propio partido.
Y es que el periódico El País publicó el mismo domingo que los acuerdos firmados por las corcholatas son en realidad una carta redactada por el propio presidente de la República.
La nota firmada por los periodistas Zedryk Raziel y Pablo Ferri revela que, de acuerdo con fuentes que participaron en la sesión, el presidente del Consejo Nacional y gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, informó a los consejeros que la voluntad de López Obrador era que se aprobaran en sus términos los lineamientos que estaba por leerles.
Esta información indica que al inicio de la reunión comenzaba a surgir una protesta encabezada por un centenar de consejeros afines al canciller Marcelo Ebrard y al senador Ricardo Monreal.
La publicación añade que “los inconformes pedían que se abriera la discusión y el debate durante el Consejo, pero que una vez que Durazo dijo ante todos que las hojas que llevaba en las manos eran una carta o comunicado del presidente, el disenso desapareció y el acuerdo se aprobó por unanimidad”. Fin de la cita.
El acuerdo firmado busca evitar facilitarle las cosas a la oposición.
¿Pero la fuerza del presidente será suficiente para mantener unidas a las "corcholatas"?
La dirigencia nacional y el presidente López Obrador saben perfectamente que una ruptura entre la y los aspirantes afectaría considerablemente los números de MORENA.
¿Cuánto? Eso también depende del papel que juegue la oposición, porque sea como sea MORENA tendrá definida su candidatura la primera semana de septiembre, pero y la oposición ¿cuándo?
¿Le apuesta a esa posible ruptura para entonces sí sentir que está en la contienda?
Si es así, evidentemente quien le facilita el camino a MORENA es la oposición.