El día de ayer, diversos edificios del gobierno, tales como el Palacio Presidencial, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal, ubicados en Brasilia, la capital de Brasil, fueron asaltados por un grupo de miles de simpatizantes de Jair Bolsonaro, expresidente de aquél país, quien acaba de concluir su mandato.
Ante estos incidentes, el actual presidente, Luis Inacio Lula da Silva, manifestó que lo acontecido “no tiene precedentes en la historia del país”, por lo que decretó la intervención federal de la capital, hasta el próximo 31 de enero.
Por su parte, el ministro de Justicia, Flavio Dino, afirmó que “esto es terrorismo, es un golpe de Estado. Estamos seguros de que la gran mayoría de la población no quiere que se imponga esta oscuridad”.
Entre los reclamos de los seguidores de Bolsonaro, se encontraban una intervención militar, así como la renuncia del presidente Lula da Silva.